Cómo hay que actuar
Eso es lo que me pregunto cada vez que una mujer es asesinada. Múltiples sentimientos se agolpan cuando escucho que una mujer ha sido asesinada por el mero hecho de ser mujer. Eso es el feminicidio, el asesinato llevado a cabo considerando a la mujer como un objeto propiedad sobre la que se actúa, en este caso matándola.
Hay que tener en cuenta que los asesinatos son la punta del iceberg del conjunto de violencias que nos afectan a las mujeres por parte de hombres que se consideran legitimados para ofendernos, discriminarnos, golpearnos, violarnos… La violencia es estructural y se sustenta y alimenta por el machismo.
Los esfuerzos que desde las instituciones se están haciendo no resultan suficientes y creo que no llegarán a serlo mientras que la violencia contra las mujeres no se convierta en una cuestión social. Y sí, es una cuestión social, de toda la comunidad, que es quien debe responder con un compromiso cierto por parte de todos y todas. Hay que romper con el silencio. Y ahí el llamamiento es para todos y todas; es necesario que la mayoría de la sociedad que entiende que las personas deben ser tratadas en igualdad y con respeto, denunciemos las situaciones de violencia de las que seamos conocedores. No las soportemos. Eso es prevención.
Es una tarea de todos y todas recuperar y revalorizar valores como el respeto, la empatía, compromiso... Los niños y niñas son esponjas y cuentan con altísimas capacidades para interiorizarlos si se los mostramos. También es prevención. Los recursos son insuficientes y exigimos que se incrementen pero seguirán siendo insuficientes puesto que no es posible que un agente policial permanezca junto a una mujer 24 horas al día. Y el asesino lo sabe. La prevención es decisiva. De hecho, hay espacios como los centros de trabajo y las escuelas donde pueden darnos información de lo que está ocurriendo. Son “elementos previos al suceso”. Y hay que acabar con las situaciones de vulnerabilidad que atenazan a las víctimas y determinan el riesgo como la falta de recursos económicos.
Es terrible la sociedad que ven nuestros menores. Una sociedad cada vez más permisiva con violencias en sus diferentes grados y manifestaciones: desde la clase política a letras de canciones… Como decía Ángela Rodríguez Pam, secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género en las Mañana de RNE: “Hay que apartar del ámbito democrático las ideologías que sostienen que el machismo tiene cabida…”. Una sociedad machista que trata de modo diferente a hombres y mujeres, asignándoles estereotipos que nos impiden desarrollarnos con nuestra propia individualidad, maltrata y provoca daño, daño que tendrá que ser detectado y eliminado, en primer lugar, de las propias instituciones que deben de velar para que esto no suceda y evite que se replique. Este maltrato también alimenta la violencia. Y negar la violencia no ayuda a eliminarla.
Pongamos el foco en el agresor, quién es, cómo es… La mejora del conocimiento es un complemento indispensable para contribuir de forma eficaz a la lucha contra todos los tipos de violencia. Estudiar caso por caso. Todas las circunstancias no son las mismas; todos los asesinatos sí son punibles. Hay que mejorar lo que se está haciendo.
"Rompe el silencio. Cuando seas testigo de la violencia contra las mujeres no te quedes de brazos cruzados. Actúa" (Ban Ki Moon)
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