1

may 2010

La necesidad de un cambio de rumbo económico

1 de Mayo de 2010. CCOO PV


Por segundo año consecutivo, llegamos al 1 de Mayo, Día de la Clase Trabajadora, inmersos en una profunda crisis y sin ver la salida a la misma, al menos en el corto plazo. Más allá de algunas interpretaciones interesadas respecto a los débiles signos de recuperación que muestran algunos indicadores, CCOO considera que el único indicador válido es la creación de empleo y la disminución del volumen de parados.

Esta crisis económica está teniendo unas consecuencias sociales como no habíamos conocido en el País Valencià desde hace 15 años. Actualmente hay más de medio millón de personas que quieren trabajar y que no pueden hacerlo. De éstas, alrededor de 200.000 no perciben ningún tipo de prestación por desempleo que les permita mantener el nivel de vida adecuado a un país que se quiere definir como desarrollado. En este contexto económico y social, el papel que deben representar los gobiernos central y autonómico es fundamental. Todos los esfuerzos deben centrarse en dar con la salida a esta situación y establecer los mecanismos necesarios para evitar repetir los errores del pasado. La apuesta por unas políticas que han favorecido la especulación frente a la inversión productiva, ha provocado un mayor impacto de la crisis en el País Valenciano que en el resto de comunidades autónomas, lo que a su vez nos separa todavía más de las regiones más desarrolladas de Europa. Somos el paradigma del fracaso económico y social y esto nos debería llevar a una reflexión sobre nuestro futuro.

CCOO, que ya mostró sus críticas al modelo de crecimiento, sigue insistiendo en la necesidad de un cambio de rumbo, lo que implica reconocer la gravedad de la situación socioeconómica por la que atraviesa el País Valenciano. En primer lugar es necesario reforzar los sistemas de protección social, implementar nuevas prestaciones para aquellos que sufren de manera más dura y directa esta crisis. Esta fue y sigue siendo la primera exigencia de CCOO, porque los niveles de protección siguen siendo claramente insuficientes.

En segundo lugar hay que establecer los mecanismos que nos permitan salir de la crisis y crear las condiciones necesarias para crecer económicamente sobre la base de un modelo más justo, más solidario y sostenible, tanto social como medioambientalmente. El camino no es fácil y las trabas son muchas y variadas. No pocas instituciones y organismos, que en muchos casos son los que daban las instrucciones precisas para llevarnos donde hoy estamos, están utilizando todo su poder (económico, mediático y político) para evitar cambios de fondo en el funcionamiento del sistema económico que pueda poner en riesgo, o simplemente bajo control democrático, sus intereses. Aspectos importantísimos como la reforma financiera o una reforma fiscal que devuelva la progresividad y sea el principal instrumento de redistribución de la renta y, por tanto, de cohesión social, quedan relegados en los debates que se vienen alentando desde los medios de comunicación. Contrariamente, no paran de bombardearnos con mensajes apocalípticos sobre nuestro sistema de pensiones público (que ha demostrado una solidez y fiabilidad en los momentos más duros de la crisis que ya lo quisieran para sí los sistemas de pensiones privados) o sobre la supuestamente necesaria reforma del mercado de trabajo en la línea de exigir renuncia de derechos al conjunto de la clase trabajadora.

El lema que presidirá las manifestación este primero de mayo es `Por el trabajo digno y la protección social'. Porque en CCOO sabemos que los trabajadores y las trabajadoras, tenemos derechos conseguidos tras muchos años de lucha. Exigimos un trabajo digno, con derechos, con un salario justo, así como el derecho a los niveles de prestaciones sociales que tienen la media de los europeos y que no son el regalo gracioso de ningún gobierno, sino el resultado de nuestras aportaciones económicas para construir un sistema público de protección social, que nos permita mantener unas condiciones de vida dignas hasta que podamos incorporarnos de nuevo al mercado de trabajo.

Ante esta situación, se hace necesario un año más, salir a la calle, decir alto y claro que sí, que saldremos de la crisis, pero que la salida no vendrá a través de la imposición de los intereses de una minoría sobre los derechos de la mayoría de los trabajadores y trabajadoras.

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