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dic 2010

Las cuentas públicas de la Generalitat Valenciana a la deriva

9 de Diciembre de 2010. Paco Molina Balaguer

Paco Molina Balaguer, Secretario General CCOO PV


Durante la última década, la discusión del Presupuesto de la Generalitat Valenciana ha pivotado en torno a tres elementos: lo ficticio de sus cifras iniciales, el crecimiento del endeudamiento de la GVA en momentos de auge económico, y la opacidad de ciertas políticas, sobre todo las referentes a grandes eventos y determinadas empresas públicas.

La gestión del Presupuesto de la GVA realizada por el Consell nos ha situado a la cabeza de las CCAA en términos de endeudamiento, con graves problemas de liquidez, y con una estructura de empresas públicas con necesidad continua de financiación por parte de la Generalitat. Todo ello, paralelo a un esfuerzo menor en gasto sanitario por habitante o a un alto nivel de fracaso escolar, fruto de la baja dotación de recursos por alumno.

La capacidad de la GVA para enfrentar la crisis económica está limitada por su propia negligencia en la gestión presupuestaria durante la etapa de crecimiento. El anteproyecto de Presupuestos de la Generalitat Valenciana para 2011 no es creíble y aún deteriorará más tanto la situación económica y laboral del País Valenciano, como la situación financiera de la propia GVA. No ataca la situación de crisis, deprimirá aún más la economía valenciana y aumentará el desempleo por la contracción del gasto público y el debilitamiento de la demanda agregada.

Una vez más, se trata de un presupuesto "irreal" en sus cifras iniciales, tanto en ingresos como en gastos. El escenario para 2011, dado el bajo nivel de ejecución mostrado por algunas líneas de ingresos es una menor recaudación por impuestos, por enajenación de inversiones y activos financieros, y menores ingresos propios en las empresas públicas. Atendiendo a las liquidaciones del Presupuesto de años anteriores, habrá un aumento del gasto por encima del presupuestado en gasto farmacéutico o educativo. Todo ello, con una capacidad de endeudamiento limitada, tanto por el Plan de Estabilidad, como por el endurecimiento de los mercados financieros, que dificultan el acceso a la financiación de las administraciones públicas, tanto en coste como en volumen.

Esta dinámica en el Presupuesto para 2011 conllevará un deterioro mayor de los niveles de liquidez de las finanzas de la GVA, mayor presión para incrementar el endeudamiento y, dado los límites de éste, reducciones en otras partidas de gastos presupuestados. Los recortes principales se han centrado en los gastos de inversión y en los gastos corrientes, principalmente en gastos de personal en servicios públicos básicos como sanidad o educación. Mientras, se mantienen gastos en grandes fastos y en empresas públicas, de rentabilidad económica y social más que dudosa, y se practica irresponsablemente una política populista de reducción de la presión fiscal.

La mala situación financiera de la GVA nace, no tanto de un déficit histórico en la financiación per capita que ningún Gobierno, ni del PP ni del PSOE, supieron resolver; como de una nefasta gestión de los Presupuestos que han conllevado deuda, opacidad y especulación. El discurso triunfalista del Consell ha dado paso al desempleo, al deterioro medioambiental, a la debilidad del tejido productivo y a la degeneración de las finanzas públicas que, tarde o temprano, pagará la ciudadanía valenciana.

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