22

feb 2011

22 de febrero Día internacional por la igualdad salarial

22 de Febrero de 2011. CCOO PV


En la Europa del siglo XXI una mujer tiene que trabajar hasta el 22 de febrero para percibir el mismo salario que un hombre durante un año natural. Es decir, mientras para un trabajador tipo el año laboral finaliza el 31 de diciembre, para una trabajadora termina el 22 de febrero. El movimiento feminista y sindical ha elegido esta fecha simbólica para reivindicar la igualdad salarial entre mujeres y hombres.

Hoy, la vieja máxima de "a igual trabajo igual salario" se ha transformado en "a trabajos de igual valor igual salario". Las estadísticas se empeñan en demostrar una realidad que la ciudadanía, incluyendo a las principales afectadas, se niega a reconocer. Esta injusticia estructural precariza nuestro presente y empobrece nuestro futuro, ya que expone al riesgo de padecer pobreza al final de la vida laboral al 25% de las mujeres mayor de 65 años.

Como miembro del Consejo Autonómico de la Mujer, CCOO PV ha instado a la presidenta y consellera de Bienestar Social, Angélica Such, a que el Pacto Valenciano por el Empleo impulse la implantación de medidas de igualdad y no discriminación en las empresas valencianas. Que se premie a aquellas que se esfuerzan para que las medidas de conciliación no generen situaciones de discriminación hacia las mujeres, y se excluya de la percepción de ayudas autonómicas en materia de empleo, a aquellas que dificulten la equiparación real. Que la radio y televisión públicas valencianas difundan de modo permanente campañas de sensibilización en temas de igualdad, corresponsabilidad, prevención de violencia de género, lenguaje no sexista, etc.

Desiré es limpiadora en una empresa de servicios. Los requisitos exigidos para trabajar limpiando son los mismos que para trabajar como auxiliar de mantenimiento. Todos sus compañeros auxiliares tienen un salario mayor y un horario, más que conciliador,  normalizado. Ella o comienza a las 5 de la mañana, o termina a las 12 de la noche.

Teresa es profesora universitaria. Cuando consiguió plaza fija su edad rondaba los límites recomendables para ser madre primeriza. Mientras ella asumía la crianza de su bebe, sus compañeros han seguido progresando en su carrera, saliendo al extranjero a completar sus estudios, y hoy tienen mayor reconocimiento, responsabilidades y salarios que ella.

María es una trabajadora en precario, separada, con una niña y un niño a su cargo, por los que no percibe ninguna pensión de manutención de su expareja actualmente en paro. Trabaja desde que era prácticamente una niña en su empresa actual. Al nacer su segundo hijo solicitó la adaptación de jornada porque le era imposible atender a ambos con su horario. Por toda respuesta la empresa la obligó a reducir jornada e ingresos.

A todo lo anterior, Maria tiene que añadir un sentimiento de culpa creciente, por el trato discriminatorio al que la somete su responsable de recursos humanos, empeñado en que las mujeres que concilian permanezcan en la cuerda floja. Nadie se ha quejado, el trabajo se realiza sin ningún problema, y sin embargo la letanía es que su conciliación perjudica a sus compañeros.

Ante el largo listado de perjuicios por el hecho de ser mujer, trabajadora y responsable real de la crianza la pregunta sigue siendo ¿qué estamos haciendo? Ante una  brecha que lejos de cerrarse, amenaza con aumentar, la secretaria de la Dona Comisiones Obreras recoge cada día estas y otras muchas situaciones de impotencia, contra las que el sindicato sostiene una campaña de denuncia y propuesta a las administraciones implicadas.

22 de febrero, Día internacional por la igualdad salarial.

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