9

may 2011

La "sensatez" del ministro

9 de Mayo de 2011. Javier Perez Ferre

Por Jaume Mayor Salvi. Secretario de Acción Sindical y Relaciones Laborales


Opina el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, que necesitamos un comportamiento salarial sensato. Augura unos lustros de moderación salarial para recuperar la competitividad y advierte que la economía española no puede soportar una espiral inflacionista provocada por un alza de las rentas del trabajo. Para CCOO PV, este argumento pone en duda la vinculación de los salarios a la evolución de los precios y constituye todo un aviso a navegantes en un momento en que los agentes sociales dialogan sobre la reforma de la negociación colectiva. El Gobierno pretende así, por tanto, condicionar dicho diálogo y fortalecer las posiciones de la patronal, que se frota las manos ante la posibilidad de que una propuesta como esta acabara fructificando.

Como bien sabe el ministro, la moderación que reclama es un eufemismo de recorte. Su propuesta supone una transferencia de rentas del trabajo al capital. Sin embargo, a la opinión pública se le trasmite la idea de que la exigencia de menores salarios a los ocupados, es condición necesaria para conservar su empleo y ganar la competitividad suficiente como para dar empleo al desempleado. Se traslada así el conflicto capital-trabajo a un conflicto ocupado-parado, de supuesta solidaridad entre la clase trabajadora. Sus argumentos son simples y tienen trampa.

Primero. ¿Quién necesita esta medida? El salario es la principal fuente de rentas de los 15,3 millones de asalariados que tiene este país y de casi cinco millones de personas que esperan volver a tener empleo. Si el salario no aumenta al mismo nivel que lo hacen los precios la capacidad de compra de la inmensa mayoría de la población se reduce.

Segundo. ¿Son los salarios los responsables del crecimiento de los precios? La subida de los precios tiene causas diversas. En los últimos años, el aumento tenía como principal génesis el aumento del excedente empresarial. En estos momentos viene determinado por el incremento en los precios de las materias primas, esencialmente el petróleo, que las empresas con poder de mercado trasladan a sus precios para no perder su porcentaje de renta. 

Tercero. ¿La competitividad se mide fundamentalmente por el comportamiento salarial? La competitividad de nuestras empresas tiene que ver con estrategias empresariales de diferenciación de producto o servicio, con inversión productiva y no especulativa, con introducción de nuevas tecnologías e innovaciones, también las organizativas, con una apuesta por el empleo estable y la participación de los trabajadores en las empresas. Básicamente, con hacer aquello que hacen los países más dinámicos.

Cuarto. ¿Es el comportamiento salarial el que impide la creación de empleo? El mantenimiento y la creación de empleo en nuestra economía depende del acceso al crédito y fundamentalmente del restablecimiento de la demanda interna, castigada por la alta tasa de paro y que quedaría aún más diezmada con rebajas salariales.

La sensatez del ministro es la insensatez de los mercados, la misma que nos llevó a la crisis y que pretende salvarnos a nuestra costa.

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