21

nov 2011

Reinventarnos, reinvertir, recualificarnos, dialogar

21 de Noviembre de 2011. Consuelo Navarro Sanchez

Por Consuelo Navarro Sánchez, secretaria general CCOO L'alacantí-Les marines


Hoy, 18 de noviembre del 2011, inmersos en una crisis económica de génesis financiera, resulta incuestionable la peligrosa relación entre la economía productiva, real, y el mercado especulativo. Como sindicato de clase, tenemos la obligación de poner en primer lugar a los 5 millones de mujeres y hombres españoles en paro, doscientos mil en la provincia de Alicante.

Debemos  recordar que los aumentos salariales en 2011 han sido de 2.6 puntos y que el IPC resultante es hoy el 3.1. Que la crisis económica aumenta la pobreza y las desigualdades sociales en la Unión Europea. O que nuestro país encabeza la lista de aquellos que tienen un mayor porcentaje de población en riesgo de pobreza, así como en situación de pobreza extrema.

Que la crisis ha afectado de manera diferente a los diversos países como consecuencia de los distintos modelos económicos es una realidad constatable. También ha provocado que se pongan de manifiesto las fortalezas, pero sobre todo las debilidades, de los diferentes modelos. El nuestro se caracteriza por una estructura empresarial de PYMES y microempresas, con escasa inversión en innovación, tecnología o formación.

Nuestra cultura empresarial sigue desenfocada, priorizando la obtención de beneficios a corto plazo y con escasa reinversión en la propia estructura de la empresa. En consecuencia, durantes años han necesitado abundante mano de obra no cualificada, destinada a empleos poco productivos y de poca calidad. Pero ya no más,  este modelo ha caducado.

La gravedad de nuestra situación económica requiere reducir el desempleo y avanzar en la cohesión social. Pero consolidar las cuentas públicas para conseguir una posición sostenible a largo plazo puede y debe ser compatible con fomentar la actividad económica. Al menos si realmente aspiramos a situar al empleo y a las personas en la prioridad de la política económica. Hasta el momento hemos asistido una gestión de la crisis basada en recortes que han deteriorado las condiciones de vida de las personas trabajadoras. El resultado inesperado es el mantenimiento en dique seco de la PYMES y microempresas por la aún persistente paralización de los créditos.

Una de las pocas coincidencias sindicales con el análisis patronal es la constatación de la ineficacia de las reformas laborales para crear empleo o disminuir la tasa de temporalidad. La divergencia resurge ante propuestas de nuevas "reformas" de la negociación colectiva, que sólo pretenden desvincular la participación y legitimidad de los trabajadores y trabajadoras en la determinación de sus condiciones de trabajo.

La propuesta de CCOO implica reinventarnos, volver a situar el valor del trabajo, de la dignidad del trabajo, en el corazón de la política y de la sociedad. Nuestras propuestas se articulan en torno a cinco ejes: mejora del modelo productivo; control de rentas y precios; reforma del sistema fiscal y financiero; recualificación profesional y dignificación de la negociación colectiva.

Abordar cambios en nuestro modelo productivo incrementando la productividad total de los factores para mejorar el valor añadido, como requisito indispensable para alcanzar un crecimiento económico sostenible y duradero que permita crear empleo de calidad.                Las empresas españolas deben mejorar sustancialmente su inversión en tecnología e investigación para aumentar la utilización de capital productivo.

En segundo lugar, condicionar la moderación en la renta de carácter salarial a una reducción del margen de beneficios empresariales. Este esfuerzo mutuo sólo será realmente revulsivo si se vincula a una reinversión del excedente empresarial en innovación, calidad e internacionalización de nuestros productos y servicios. La recuperación de los márgenes económicos debe servir al aumento de las inversiones en instalaciones y a la mejora de la formación del personal y de la gestión empresarial.

En tercer lugar, reformar el sistema fiscal y financiero reforzando el Estado de Bienestar. Se trata de recaudar más y mejor, sin entorpecer un funcionamiento sano de las relaciones económicas. El sector público, la sanidad, educación, el Sistema Público de Pensiones, las prestaciones por desempleo, el sistema de atención a la dependencia y los Servicios Sociales van a jugar un papel fundamental en las relaciones económicas españolas. Sólo un mejor uso de los recursos disponibles nos permitirá reducir el desequilibrio en la distribución de la renta.

En este sentido, el gobierno español posterior al 20N debe exigir reformas supranacionales, empezando por la armonización fiscal en el seno de la UE. Pero también debería modificar determinadas figuras impositivas y recuperar otras: sobre el patrimonio o de sociedades, eliminando deducciones y exenciones o incorporando otras nuevas, como las derivadas de la fiscalidad verde. ¿Cuándo seremos capaces de concretar un impuesto sobre las entidades de crédito, y una reforma del IRPF para gravar las rentas más altas?. Este sindicato sigue haciendo suya la demanda de un impuesto sobre transacciones financieras que permita mejorar ingresos del Estado.

Pese a la gran cantidad de recursos públicos en forma de avales y ayudas de distinto tipo, el sector financiero sigue estancado. Los ámbitos de actuación dentro del sector financiero son múltiples: reducción tipos de interés del BCE, reducción del reparto de dividendos, con el objetivo de aumentar la provisión de activos, refuerzo de las líneas ICO para las PYMES, etc.

En cuarto lugar, superar un modelo caducado exige innovar, posibilitar la cualificación a través de la formación para el empleo en nuevas competencias, relacionadas con la modernización de sectores ya existentes o en actividades emergentes que favorecen el cambio de modelo productivo y la generación de empleo. Las políticas activas de empleo que necesitamos no pueden perder la perspectiva de la formación y la recualificación. Pedimos apoyo a las iniciativas de creación de empleo en sectores con proyección de futuro, apoyadas en el mantenimiento del Estado de Bienestar. Y ahí, señor López Mora, volvemos a chocar, porque los Servicios Públicos de Empleo deben jugar un papel clave, pero no pueden permanecer infradotados para poder desprestigiarlos.

En paralelo al derecho al trabajo que tan interesadamente menciona en su articulo, entre todos estamos obligados a proteger el capital humano que permite producir, que hace posible que se materialicen proyectos emprendedores. Para poder crear, este país, esta Comunitat, precisa reforzar la protección por desempleo para aquellas personas sin ningún tipo de protección social, y ante el previsible aumento de hogares con todos sus miembros en desempleo, así como la ampliación del número de parados y paradas de larga y de muy larga duración. Potenciar la Renta Activa de Inserción (RAI) y el mantenimiento de programas como el de recualificación profesional de las personas que agoten su protección de desempleo es más que necesario, es urgente.

En quinto lugar, debemos recuperar la centralidad del diálogo social y la Negociación Colectiva,  porque todo lo demás sería dejar sin cobertura de convenio a millones de personas.  Limitar la NC a las grandes empresas pervierte su valor estratégico en todas aquellas donde un puñado de trabajadores no pueden sentarse a negociar en igualdad a título casi individual.

Estos son los aspectos fundamentales a abordar gane quien gane las elecciones del 20N, porque reducir cotizaciones e impuestos a los empresarios, moderar salarios, avanzar un nuevo contrato fijo, abaratar aún más el despido, o reforzar la educación privada en detrimento de la pública, no es el mejor camino para el consenso social; por el contrario es un tránsito seguro al conflicto social, justo lo último que necesitamos.

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