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sep 2013

¡El Presidente no se rinde!

11 de Septiembre de 2013. CCOO PV


Había que silenciar a Allende para que triunfara la injusticia, para ahogar la democracia. Hace ahora 40 años, el asesino en serie Pinochet, en la más rancia tradición del militar traidor a su pueblo, bombardeó el Palacio de la Moneda, y acabó con la vida de Salvador Allende. A partir de ese momento, Pinochet en lo político y los discípulos de Milton Friedman, los Chicago Boys, en lo económico pusieron en marcha en Chile el neoliberalismo económico, la ideología de la oligarquía económica con carcasa tecnócrata. Los resultados todavía los sufrimos: predominio absoluto y absolutista del mercado sobre las personas, crecimiento exponencial de la injusticia y la pobreza, barra libre financiera y recursos públicos serviles a los intereses económicos de las grandes fortunas especulativas.

Sí, para que todo eso que conocemos tan bien pasara había que silenciar a Allende, un político honesto. Luego vinieron Thatcher, Reagan y tantos otros, hoy Merkell o Rajoy, que fueron perfeccionado la jugada: debilitar los sindicatos y reducir la democracia a lo patético.
Allende nacionalizó el cobre y avanzó en la reforma agraria, esto es, devolvió a la gente la propiedad de su país que había sido robada por terratenientes y oligarcas. Su proyecto incluía reforzar el estado al servicio de las personas, redistribuir la riqueza, dignificar el trabajo? La dictadura de los mercaderes no lo iba a consentir. Y el plan continuaba: Banca Pública, Servicio Público de Salud, Universidad Popular? Pero los mismos mercaderes siguen empeñados en desmantelar lo público, precarizar la sanidad y la educación y reservarlas para una minoría fundamentalista y adinerada, expropiar la riqueza colectiva para entregarla a los especuladores financieros. Imponer guerras salvajes en las que los muertos los ponen siempre los mismos: la clase obrera y sólo sirven para apropiarse de los recursos ajenos y para impulsar el mercado de las armas.

Allende es patrimonio de la clase obrera. Milanés, Silvio, Quilapayún? tantos otros han puesto poesía y música a su memoria  y nos recuerdan que hay una vía hacia una sociedad socialista, que la dictadura del capital puede ser vencida, que las personas son lo primero si quien tiene que representarlas no las traiciona,  nos recuerdan que el sueño, es posible. No fácil, sí posible.

Allende se pegó un tiro para evitar que lo cogieran vivo, porque cuando entró en La Moneda sabía que no lo sacarían vivo, no les iba a dar la oportunidad a los sediciosos de rendir la democracia ni de humillar a la clase obrera representados en él. Allende entregó la vida a su pueblo y a su causa para proteger al Presidente, a la libertad, del odio del golpista, de la venganza y la prepotencia del traidor y torturador Pinochet.

Por eso, quienes creemos que todo puede cambiar, quienes sabemos que un mundo para las personas es posible, aspiramos también a continuar el trabajo de Allende. Éste articuló un gobierno de Unidad Popular, una plataforma de partidos de izquierda que diera voz a la clase obrera, a los pobres de la tierra, un frente popular que les devolviera la fuerza que, en democracia, tiene la mayoría. Los onces de septiembre de cada año, recordamos su sacrificio, recordamos cómo entró en La Moneda sabiendo que iba a morir y sabiendo porqué iba a morir, por quienes iba a morir. Y sabiendo que iba a ser sementera de futuras luchas y alianzas.

Allende, él mismo lo dijo, no se rindió, no nos rindamos los demás. Como canta Quilapayún, "se siente, amanece? ¡Allende!?.

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