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ene 2012

Porque en esta crisis las personas, lo primero

26 de Enero de 2012. Consuelo Navarro Sanchez

Por Consuelo Navarro Sánchez, secretaria General CCOO en l'Alacantí-Les Marines


Una canción monótona, monocorde, se repite insistentemente estos días como una letanía triste y aburrida. Quien más o quien menos ve necesario acabar con el estado de bienestar, con  la red de servicios públicos para facilitar la salida a la crisis. La lógica que hay detrás es la de George Bush cuando pidió talar los bosques para luchar contra los incendios. Sigamos presionando a las víctimas para que los culpables mantengan sus posiciones ventajosas. Absurdo, cruel, injusto, es decir, la norma hasta ahora.

Hay otros ámbitos para reformar antes que empobrecer, aún más, nuestras nanoeconomías domésticas. ¿Qué tal si reformamos el mercado financiero?, ¿y el mercado productivo?. La especulación, instrumento privilegiado de la usura y la injusticia, ha destrozado un sistema económico que amenaza acabar hasta con el planeta. Ayer por la tarde asistí a la presentación pública de ATTAC Alicante donde Carlos Berzosa planteaba que la crisis de las finanzas es lo que está poniendo en jaque al Capitalismo, al sistema actual.

Los "listicos" de la NASA, de las agencias de calificación, de los medios de comunicación especializados en finanzas y economía mirando al espacio y contando asteroides y el planeta tierra va a reventar por esos meteoritos llamados "prima de riesgo", "gasto público", " intereses de la deuda", " mercados" y similares. La especulación en bolsa consiste en meter un euro un día, y el día siguiente sacar dos. Las bolsas en lugar de instrumentos para reforzar la actividad empresarial productiva, la ECONOMíA REAL, ¿le suena a alguien qué es eso? se han convertido en sus principales descapitalizadoras.

Definitivamente, hay que reformar el mercado financiero especulativo. Hay que, certificar su defunción. Mientras llega ese gran día, las actividades especulativas del corto plazo (las de meter un duro hoy y sacar mañana veinte) deben cargarse con fuertes impuestos. Con esa recaudación, las arcas públicas financiarían las consecuencias que el sistema especulativo produce: pobreza, hambre, injusticia, mientras se fulminan sus causas: el capitalismo financiero. Por eso, estamos a favor de una tasa sobre las transacciones financieras que desincentive esas operaciones especulativas. Y no la tasa de la que habla Sarkozy y que solo servirá para financiar las instituciones europeas.

Pero también hay que reformar el mercado productivo. Y ésa es la gran oportunidad en el ámbito local. El mismo mal del párrafo anterior, la especulación, ha matado la riqueza local: los campos se abandonan y venden para construir casas y destruir el medioambiente, hinchar burbujas que nos han explotado en la misma cara.

La especulación, la generalización de la injusticia impulsada a escala planetaria, se ha trasladado a los estados, allí donde hablamos de gasto social debemos entender inversión pública para corregir las desigualdades del sistema capitalista. Porque este sistema, el actual, aunque en crisis, es todavía hegemónico, genera diferencias que producen discriminación, diferencias entre los trabajadores y trabajadoras, los desempleados y las desesempleadas, entre las personas más vulnerables de nuestro entorno, o con una discapacidad, las personas mayores, las personas con una enfermedad mental, las que llevan en paro más de un año, y lo peor es que esas diferencias generan empobrecimiento y desempoderamiento.

Por eso,  desde CCOO como organización sindical y sociopolítica, pensamos que para salir de la crisis y avanzar hacia una sociedad más justa, igualitaria, y humana hay que combatir esa desigualdad. Y eso significa que una persona trabajadora no puede ir contra otra trabajadora, sectores contra sectores, ocupaciones contra ocupaciones, todos somos clase trabajadora, organizada o no. Desde los trabajadores y trabajadoras de la educación, o del mundo de la cultura, o de la sanidad, o de la industria, hasta los de la construcción, etc. 

Significa intervenir en los procesos de distribución de las rentas del trabajo y del capital. Y por otro lado, actuar sobre la redistribución de la renta que es lo que llamamos gasto público, que no es otra cosa que las pensiones, los servicios públicos sanitarios, educativos, de atención a la dependencia, las becas de nuestros hijos e hijas, la seguridad vial, el transporte colectivo público, el acceso a los medicamentos cuando enfermamos, etc.

Por eso el sábado 21 de enero más de 50 mil personas estaban en las calles de Alicante denunciando los recortes en educación, denunciando los recortes en el futuro de nuestra juventud, reclamando que la educación no es un gasto, es una inversión.

Por eso, en la ciudad de Alicante se ha organizado una plataforma en defensa del bono oro porque las personas mayores con pensiones ínfimas han visto una vez más como se convierten en los paganos de la crisis.

Y por eso, hoy jueves 26 de enero, a las 18.30 horas de esta tarde, en las escaleras del Jorge Juan hay convocada una manifestación en Alicante contra los recortes en los servicios públicos, por la depuración de responsabilidades en el Consell.

Las organizaciones sindicales de la función pública CCOO, UGT, CSIF, IV y FSES hacemos un llamamiento a la ciudadanía en general: porque recortar empleo público es recortar calidad de los servicios,  es limitar derechos ciudadanos. porque deteriorar lo público va contra nuestras necesidades, porque lo público no es el problema y sí es parte de la solución, porque los recortes afectan a la clase trabajadora y no al mercado especulativo, porque se puede acotar el déficit luchando contra el fraude fiscal, laboral y la corrupción política, porque con una mano recortan derechos y con la otra entregan miles de millones a las entidades financieras culpables de la crisis, porque los que no usan los servicios públicos están decidiendo qué hacer con ellos, y los que no pagan impuestos están imponiendo las medidas de recortes.

Porque estamos por la defensa del estado social que atiende en primer lugar a las personas, a la ciudadanía. Porque eso es lo importante.



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