6

ago 2012

Sacando provecho

6 de Agosto de 2012. Josep Miquel Tomas Marrades

Por Josep Tomas i Marrades, secretario de Empleo CCOO PV


En una situación de crisis como la actual, no faltan voces reivindicando diversas fórmulas para salir de la crisis. Entre esas voces se encuentran aquellas que pretenden salir de la crisis sacando provecho, aunque para solucionar un problema, causen varios.

Son constantes los ataques desde la patronal CEOE y CIERVAL a los empleados públicos, escudándose en lo sobredimensionada que, a su juicio, está la administración pública, y los "privilegios" de que gozan las personas allí empleadas.

La dimensión viene determinada por los propios servicios que se ofrecen a la ciudadanía con carácter universal y bajo los principios de eficacia y de calidad. Respecto a los "privilegios" que comparan con los derechos del resto de trabajadores y trabajadoras de la empresa privada, son cada vez, obra y gracia de las reformas laborales, menos, pero parece ser que para los empresarios aún son demasiados.

Esto persigue dos objetivos. El primero, cargarse los servicios públicos y convertir en un mero negocio la sanidad, la educación, la seguridad, las pensiones, la intermediación laboral. El segundo es igualar a la baja en salarios y derechos al conjunto de trabajadores y trabajadoras de este país, independientemente de que desempeñen sus tareas en la administración o en la empresa privada.

CCOO PV no está ni por lo uno, ni por lo otro, porque el drama del desempleo lo sufren por igual los trabajadores y trabajadoras, independientemente si vienen del sector público o privado.

Seguir apostando por simplificar el sector público es apostar por el desmantelamiento del estado de bienestar y por un modelo que rompe la universalidad del sistema, y es excluyente respecto a miles de personas que hoy viven ya en la pobreza. Precisamente ese modelo de sociedad que tanto reclaman los representantes de la patronal, es el causante de tanto malestar y exclusión social.

Según algunos indicadores (AGETT por ejemplo) el nivel de miseria en el PV alcanza ya el 30%, y esto está muy emparejado con el desempleo, y con las recetas que el gobierno, atendiendo los dictados del núcleo empresarial va aplicando.

No se trata de ver quién tiene más derechos, si los empleados y empleadas del sector público o privado, sino de preservar esos avances en la lucha sindical, en la negociación colectiva, y en la concertación social. Lo que algunos consideran regalos, son el resultado de años de lucha de los trabajadores y trabajadoras de este país. No se deben confundir con supuestas dádivas paternales del empresario o del gobernante, porque éstas nunca han existido.

Todos y todas queremos una administración fuerte y ágil, pero ágil no tiene que ser sinónimo de ligero, sino de eficaz, y si algo no funciona, preguntarse por la gestión y por los gestores, que no pueden quedar al margen del debate. Nos conviene no olvidar que a unos y a otros, si incumplen con su cometido, sólo podemos echarles en las urnas, o en los juzgados.

Con un sector público como el que se está configurando en la actualidad, la sociedad se va a resentir notablemente, afectando a  las personas, a los trabajadores y trabajadoras, en su formación, en su salud, en su seguridad y en falta de competitividad.

Paradójicamente, esto es algo que vienen reclamando constantemente los empresarios de este país, construyendo una sociedad que se retrasa respecto a su entorno mas inmediato. Una sociedad que vuelve a los años en que la única salida era hacer las maletas y coger el camino de la emigración. Ya hemos llegado a esto, estamos ahí.

Esta crisis esta sirviendo para hundir en la miseria a miles de familias enteras. Para romper la cohesión social. Para hacer volar por los aires el pilar básico y fundamental del estado de bienestar. Servirá también para que los especuladores sigan haciendo su particular agosto sin que los empresarios pongan su grito en el cielo, y nos seguirán dando consejos de cómo solucionar todo este desbarajuste a costa de más desempleo, y menos servicios públicos.

Parece ser que en este mundo unos están sólo para ganar dinero y los demás se tienen que sacrificar para solucionar los problemas de la sociedad, aún a costa de sus derechos y del bienestar común.

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