28

abr 2015

La salud de las mujeres no está en venta

28 de Abril de 2015. Maria Del Mar Vicent Garcia

Artículo de Mar Vicent García, secretaria de la Mujer de la Federación de Servicios a la Ciudadanía de CCOO PV.


Aunque parezca lo contrario, la salud laboral no es cosa de hombres a pesar del tópico, denigrante y absurdo, que afirma sin rubor que los trabajos de las mujeres son más seguros y cómodos que los de los hombres.
 
Sucede también que al hablar de la salud laboral de las mujeres, se piensa básicamente en la salud reproductiva, obviando otros aspectos de las condiciones laborales que también pueden afectar a su salud. Los problemas derivados del embarazo y la lactancia no son los únicos que afectan a las mujeres trabajadoras, exactamente igual como las lesiones por accidente de trabajo no son los únicos problemas de salud de los hombres.
 
Las mujeres que se dan de cabeza contra la puerta cerrada del mercado laboral sufren graves daños en el intento. Su exclusión tiene graves consecuencias ya que el trabajo remunerado ejerce un benéfico efecto sobre la autoestima y la propia capacidad de autonomía. Es fácil concluir que la percepción de un salario reporta innumerables beneficios para la salud mental.
 
Por otra parte, las que consiguen un puesto de trabajo en muchos casos,  suelen desempeñar tareas mecánicas y monótonas por las que obtienen un salario inferior, teniendo escasas posibilidades de participar en la planificación de su propio trabajo así como reducidas expectativas de promoción profesional. A lo que se añade como guinda del pastel, la posibilidad de sufrir acoso sexual en mayor grado que los hombres.
 
En el caso de las empleadas públicas, las tareas realizadas se basan en procedimientos repetitivos que se tienen que llevar a cabo siguiendo una pauta muy concreta. Esto hace que no quede ningún margen de autonomía y decisión, lo que unido al hecho de la humillante brecha salarial que padecen, la menor valoración de sus competencias con el consiguiente desprecio a la sobretitulación que suelen poseer y  la dificultad para la promoción  constituye un potente caldo de cultivo para patologías  cardiovasculares, mentales o gastrointestinales. Sin mencionar que el deficiente estado del mobiliario con total abandono  de criterios ergonómicos constituye un importante factor de riesgo de enfermedades musculo-esqueléticas.
 
Es evidente pues, que también en el ámbito de la salud laboral,  las mujeres trabajadoras deben obtener el espacio de protagonismo que les corresponde, reclamando la atención, las medidas y los procedimientos que precisen. En el Día de la Salud Laboral, cuando se defiende la salud de la clase trabajadora ante los recortes que la hacen peligrar, reivindiquemos también la salud de las mujeres que nunca se puede perder por culpa de un puesto de trabajo sin garantías.

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