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ago 2017

Otoño caliente

14 de Agosto de 2017. Andrés Martínez de la Cruz, responsable de Organización CCOO Comarques del Nord

Querida lectora, es evidente que nos encontramos en un mes atípico del año, dónde aparentemente se sepultan a base de festivales, vacaciones, noticias interesadas sobre Venezuela y otras formas de ocio, aquellos problemas fundamentales que afectan a nuestra sociedad.


En los últimos días hemos conocido los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) y los datos de desempleo, con una evidencia inequívoca: los resultados son demoledores para el conjunto de la mayoría social.

Casi cuatro millones de parados, donde más de 1 millón y medio no reciben ninguna prestación y 1,2 millones de hogares no perciben ningún ingreso mensual, son el caldo de cultivo perfecto para que siga aumentando la desigualdad social y aumente el riesgo de pobreza y exclusión social.

En esta perspectiva, desde las Comisiones Obreras entendemos que se deben abordar y atacar con extrema urgencia dos factores, como bien son la protección social, y atajar el desempleo, mediante un plan de choque que posibilite paliar esta angustiosa situación.

Las políticas neoliberales siguen avanzado con fuerza y arrasando a nivel europeo con todos los derechos que se fueron consolidado en las Constituciones europeas posteriores a la Segunda Guerra Mundial (Francia, Alemania, Italia), y sin ningún género de duda, el bastión de protección social que se fue gestando en las décadas de los 80 y los 90 en el Estado español (donde las Comisiones Obreras fue palanca de cambio para ello) se tambalea cada vez más.

El primer eje transcendental para el conjunto de la mayoría social es la protección social. Los colectivos más agraviados por la crisis-estafa de estos último años son las mujeres, que haciendo el mismo trabajo perciben menos ingresos que los hombres; los jóvenes, que o bien se han exiliado en busca de un proyecto de vida o bien siguen aumentando las cifras del desempleo; los trabajadores que están en situación de paro de larga duración y esa nueva figura que se está instaurando en nuestro sistema muy finamente, la del “trabajador pobre”, que es esa persona que aun teniendo acceso al mundo del trabajo, no puede sostener aquellos gastos necesarios para una subsistencia digna.

Mientras tanto, en términos macroeconómicos nuestra economía crece a un ritmo de un 3% aproximadamente, y las patronales estatales CEOE y CEPYME siguen ensimismadas y observándose el ombligo, al servicio de las élites financieras, rompiendo unilateralmente el acuerdo en que se estaba trabajando a nivel estatal en materia salarial.

Y es que claro, un sindicato sociopolítico y de clase como el nuestro tiene como objetivo que los salarios aumenten, como mínimo, al mismo ritmo que el Índice de Precios al Consumo (IPC) y que se garantice una cláusula de revisión salarial para mantener el poder adquisitivo de nuestra gente. ¿Estamos locos verdad?

El segundo eje que se debe acometer con carácter de urgencia es el desempleo. Mientras la ministra Fátima Báñez se vanagloria de los que según ella son unos “excelentísimos” resultados en materia de desempleo y que son “los mejores resultados de la última serie histórica”, el pueblo está cansado de expresiones típicas de una ministra y un Gobierno que se ponen las orejeras y miran hacia delante, sin ser conscientes de lo que hay a su alrededor.

¿Cómo se puede aseverar con tanta contundencia una mejora en el empleo cuándo en el País Valencià, por ahondar en nuestro territorio, el 92.4% de los contratos realizados son temporales? ¿Y si además afirmamos que de ese porcentaje el 80% son del sector servicios (hostelería y comercio) cuya temporalidad alcanza al 93%? ¿qué ocurrirá una vez finalice la temporada estival? Más paro, más precariedad, más desigualdad, más pobreza.

En fin, recuperación si, pero para las oligarquías, las élites financieras y la plutocracia. Hay quien todavía dice que no hay lucha de clases, que son términos de antaño, pero yo estoy convencido de que la lucha de clases existe y lamentablemente la van ganando los de arriba.

Y es por todo esto por lo que se avecina un otoño caliente, después de un verano abrasador en todos los sentidos. Desde CCOO ya hemos lanzado una campaña para la sostenibilidad de las pensiones que dará inicio en septiembre, nuestros jóvenes siguen con la campaña “Dona vacances a la precarietat” y nuestro secretario general de País Valencià, Arturo León, así como el secretario general confederal , Unai Sordo siguen tejiendo alianzas con las fuerzas progresistas y del cambio.

El otoño se avecina caliente y hay que decirlo alto y claro: mientras las rentas del trabajo y la mayoría social no recuperen derechos y poder adquisitivo frente a las rentas del capital, no habrá recuperación posible, y en eso estamos trabajando.

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