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sep 2017

La formación de los policías locales

6 de Septiembre de 2017. Julio Conesa

Las policías somos el personal de la Administración sobre cuyas espaldas recae la digna función de proteger y garantizar el ejercicio de libertades y derechos a la ciudadanía. Por tanto, la formación siempre ha estado entre los parámetros esenciales de un buen ejercicio de la profesión y por ello la Generalitat Valenciana creó en los años 90 el Instituto Valenciano de Seguridad Pública, hoy de Seguridad y Emergencias.


Desde entonces se han vivido varias etapas, con muchos matices. En época del PP, la formación se fue convirtiendo en un instrumento de afiliación en manos de aquellos que aprovecharon la dejadez de Interior y pasaron a ofrecerla como contrapartida sin demasiado control oficial al albur de los vaivenes políticos dentro de la propia conselleria.

En 2016, con la creación de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, el Ivaspe toma un nuevo impulso. Respaldado por la Comisión de Coordinación de Policía Local en el marco que perfila la nueva Ley de Coordinación, asume el compromiso de trabajar por un salto cualitativo como organismo público capaz de garantizar, por encima de todo, la calidad de la formación de los policías.

En este marco, desde Comisiones Obreras abogamos por el Ivaspe como agente formador único y con ello, romper con la perversa dinámica que se ha instalado en los últimos años según la cual la formación de los policías en manos de algún sindicato, se ha venido a convertir en una fuente de ingresos por alumno-afiliado, primando en estas circunstancia, la cantidad frente a la calidad.

El crecimiento afiliativo mediante cursos para justificar y compensar horas de trabajo efectivo sin que haya supervisión oficial de los mismos va en contra directamente de la calidad que es lo exigible en materia de formación policial.

Los ayuntamientos no deberían aceptar cualquier formación, la imparta quien la imparta, si no viene avalada por el Ivaspe. Ya que esto supone en la práctica un gasto indirecto de dinero público que nadie controla y se traslada la imagen falsa de una formación que en realidad no es tal. No debería permitirse la formación policial sin aval del Ivaspe ni acreditada por el mismo.

Y todo ello, porque la formación policial debe asegurar unos requisitos de calidad mediante el acuerdo y publicación de un decreto de formación policial específico, pactado, negociado con las organizaciones sindicales más representativas que respalde al Ivaspe como institución formadora, acreditadora de la calidad y que debería monopolizar la misma.

 

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