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sep 2021

A propósito del diálogo social

27 de Septiembre de 2021. Ana García Alcolea

Por más vueltas que le he dado, por más que he deshojado la margarita, no he encontrado un tema más apropiado para estrenar mi colaboración mensual con este diario que el recurrente Diálogo Social. Aún a riesgo de aburrirles, de reflexionar respecto de una cuestión tan tratada como esta, permitan que me ponga en mi papel de máxima representante de Comisiones Obreras del País Valencià (CCOOPV) y les haga algunas consideraciones sobre la importancia del Diálogo Social, que vive en estos tiempos de incertezas y de cambios un momento muy fructífero, y cuyos efectos han influido decisivamente en paliar los de esta crisis sin precedentes que nos ha tocado vivir.


Durante este tiempo tan complicado hemos participado activamente en la protección activa de nuestro maltrecho mercado de trabajo a través de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE); el desarrollo del trabajo a distancia o teletrabajo; la regularización de la situación de los “riders”; la derogación del índice de sostenibilidad -y otras medidas en materia de pensiones-; el reciente acuerdo sindical de subida del salario mínimo interprofesional (SMI) que garantizará llegar al umbral del 60% del salario medio en 2023; entre otras cuestiones. Bien es cierto que la fortaleza del Diálogo Social en breve se pondrá nuevamente a prueba con la necesaria reforma laboral. Palabras mayores que requieren de la altura de miras que la patronal no ha demostrado a propósito del SMI.

Una vez introducida la cuestión, permitan que ejerza mi responsabilidad y sin quitarles un ápice a los logros del Diálogo Social a nivel estatal, ponga en valor el nuestro, cuya concreción más directa, el Acuerdo “Alcem-nos”, se ha convertido en una auténtica referencia en el conjunto del Estado español. Ya desde el mes de abril de 2020, cuando estábamos sumidos en la necesidad de solucionar auténticas emergencias, alcanzamos a ver conjuntamente, Govern y agentes sociales y económicos, la necesidad de diseñar un acuerdo amplio que abordara la necesidad de reconstruir económica y socialmente el País Valencià. Todo un acierto que tomó forma en un documento que aspiraba a sentar las bases del cambio de nuestro modelo productivo y que recientemente hemos evaluado tras su primer año de vida.

El pasado día 14 durante el Pleno de la Mesa del Diálogo convocada para los efectos, tuvimos ocasión de manifestarnos en sentido positivo ante el desarrollo del acuerdo. Bien es cierto que los esfuerzos presupuestarios se han concentrado en activar líneas de ayuda a los sectores más afectados y al desarrollo de Políticas Activas de Empleo. Pero también es cierto que la situación lo requería. De la misma manera, afirmamos que es la hora de dar un paso más decidido, y en ese sentido hemos reclamado un esfuerzo económico al Consell de cara a acometer las reformas estructurales necesarias para cambiar la fisonomía de nuestro modelo productivo, que es, ni más ni menos, el objetivo trazado en esa hoja de ruta de la recuperación económica y social que supone el Acuerdo “Alcem-nos”. Un acuerdo vivo y del que será importante realizar una próxima evaluación del impacto socioeconómico en el País Valencià.

No cabe duda de que los fondos provenientes del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia nos brindan una ocasión única que no nos podemos permitir tirar por la borda, y que deben servir para cambiar las bases de nuestro modelo productivo y, por extensión, las bases para la creación de empleo decente, un concepto de “ciencia ficción” si se atiende a las condiciones habituales del empleo que se crea en este territorio. Un modelo, además, que debe ser económica y socialmente sostenible. Conocemos de la importancia capital de los fondos europeos y del papel decisivo que han de jugar en este ambicioso reto que tenemos por delante. De ahí nuestra insistencia, felizmente atendida, de crear una mesa específica para el seguimiento de estos fondos. Queremos conocer en profundidad dónde y cómo se invierten, tenemos cosas que decir al respecto.

Por último, la ciudadanía difícilmente pondrá en valor el Diálogo Social si entre todos sus protagonistas no hacemos un esfuerzo de pedagogía. Los resultados del Acuerdo son lo suficientemente trascendentes como para que sus efectos prácticos sean conocidos de manera nítida y comprensible por el conjunto de la ciudadanía. De lo contrario, algo estaremos haciendo mal.

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