18

oct 2021

Trabajo decente y digitalización

18 de Octubre de 2021. Javier Porcar

Las plataformas digitales aprovechan lagunas legales para lograr beneficios con la explotación laboral. Hace falta un cambio de políticas que pongan al empleo decente como centro de las relaciones laborales.


E l pasado 7 de octubre se conmemoró la jornada mundial por el trabajo decente promovida por la Confederación Sindical Internacional y que tenía como tema central Crear empleos justos. La OIT define el trabajo decente como el «trabajo productivo en condiciones de libertad, equidad, seguridad y dignidad, en el cual los derechos son protegidos y que cuenta con remuneración adecuada y protección social».

Deberíamos de deducir, a partir de esta definición, que el trabajo decente es el que permite a los trabajadores y trabajadoras generar unos ingresos adecuados bajo un esquema de derechos y protección social que contribuyan al bienestar de estas personas trabajadoras y sus familias.

Pues bien, por desgracia, nada más lejos de la realidad lo que nos encontramos en demasiadas ocasiones en algunos sectores de nuestro tejido productivo tanto a nivel estatal, autonómico o provincial. Sectores como el comercio o la hostelería que en la provincia de Castellón, al igual que en el resto del territorio estatal, distan mucho de poder llamarse trabajo decente sino más bien trabajo precario debido a las altas tasas de temporalidad y parcialidad, con bajos salarios y en muchas ocasiones realizando jornadas de nueve, diez o más horas con contratos de media jornada.

Una remuneración adecuada está en el ADN del trabajo decente pero escuchamos estas últimas semanas lo catastrófico que será para el empleo la subida del salario mínimo interprofesional, una subida de quince euros mensuales que se produjo en el pasado mes de septiembre y que por casualidades de la vida ha sido el mejor mes de septiembre en cuanto a desempleo bajando en 76.000 personas respecto del mes anterior, rompiendo la tendencia alcista habitual de este mes.

A mayor abundamiento se coló también la semana pasada el Nobel de Economía otorgado, entre otros, al canadiense David Card por sus estudios, con evidencia empírica, que demuestran que la subida del salario mínimo no destruye empleo. A estos ya clásicos problemas del trabajo decente en el mundo laboral debemos unir ahora, en pleno siglo XXI, las plataformas digitales que aprovechan las lagunas legales para obtener grandes beneficios a través de la explotación laboral, con falsos autónomos o un uso abusivo de la subcontratación.

Estas situaciones hacen desaparecer de un plumazo otra de las patas del trabajo decente como es el esquema de derechos y protección social, cargándose derechos laborales tan básicos, importantes y esenciales como las vacaciones, la protección contra accidentes laborales o un salario digno. Una estampa repetida en muchísimas ciudades durante el confinamiento del 2020 fue la de calles desiertas y bares y restaurantes cerrados pero riders, muchos riders. Pues bien, según una encuesta de la OIT siete de cada diez de estos trabajadores/as no tuvieron derecho a bajas pagadas por enfermar en caso de contraer el virus.

Un modelo de negocio que hace acrecentar algunas desigualdades ya existentes pues ofrece empleos con peores condiciones laborales y salarios más bajos a quienes cuentan ya de por sí con una situación de mayor vulnerabilidad bajo la amenaza de destruir esos puestos de trabajo y abandonar el país si no se hacen las cosas a su manera, en una huida del Derecho Laboral sin precedentes.

Además, estos vacíos en la cobertura de la protección social y prestaciones de estos falsos autónomos, no solo agravan la inseguridad y desigualdad laboral de los trabajadores y trabajadoras, sino que amenazan con erosionar la sostenibilidad financiera del sistema de seguridad social por la falta de cotizaciones.

Hace falta un cambio de políticas económicas y legislativas que pongan al empleo y en concreto al empleo decente como centro de las relaciones laborales y que canalicen con pagos y cotizaciones más justas los importantes beneficios de estas plataformas digitales hacia la sociedad.

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