19

sep 2022

A ver si os dedicáis a lo que os tenéis que dedicar

19 de Septiembre de 2022. Daniel Patiño

A estas alturas existe un amplio consenso en la gravedad de los efectos del crisis climática como manifiesta el 81,1% de los españoles a los que les preocupa "mucho o bastante", según la última encuesta sobre cuestiones de actualidad del CIS previa al verano. Ahora, trasladar esa preocupación a las políticas es otro cantar. Ejemplo de esto lo vivimos en el desarrollo de la última sesión plenaria en Benidorm.


El equipo de gobierno encargó la elaboración de un plan municipal de adaptación al cambio climático. Un plan que desde el punto de vista técnico responde a una solvencia científica de enorme interés. Para el equipo de gobierno más que suficiente poder justificar que se tiene. Ahora bien, ¿las políticas de adaptación y las gestiones de riesgos pueden considerar las mismas cuestiones sin un diagnóstico completo de la realidad social? ¿cómo se transforman esas propuestas en acciones concretas que repercutan en todos los aspectos de las personas, el medio natural y la actividad productiva del lugar donde se desarrolla? En definitiva, ¿el trabajo encargado es un fin en sí mismo o una herramienta?

A la vista del debate plenario y el devenir de los acontecimientos podemos afirmar que la palabra más repetida fue “pioneros”, que el documento votado solo era técnico (¡abajo la política!) y que cualquier contribución al enriquecimiento del documento venía viciado por la etiqueta del proponente. No se discutió ninguna de las aportaciones, se rechazó la posibilidad a la participación ciudadana porque nuevamente era más importante la imagen que los efectos.

Sobra cualquier soberbia política para abordar el mayor reto que se plantea a la sociedad durante las próximas décadas y falta mucha escucha al resto de actores que intervienen buscando soluciones. El tiempo y la sociedad pondrán a cada uno en su sitio. Lo que parece más osado es plantear el asunto como un "debate" cerrado de un documento -a nuestro juicio debería ser la hoja de ruta de la que partir- que plantea medidas para la adaptación al cambio climático como por ejemplo la promoción turística (¿?), la dejación de funciones de la administración como servicio público o incentivar profesiones e iniciativas empresariales ligadas a los elementos relacionados a la adaptación del Cambio Climático, como si fuera posible desligar cualquier actividad productiva de la adaptación a los efectos.

Y es que ése fue uno de los problemas del debate plenario, la insuficiencia argumental más allá de las noticias publicadas en los medios durante este verano, o las posiciones partidistas del equipo de gobierno. No se respondieron a las alegaciones presentadas y se aprobó el plan “pionero”.

Valorar convenientemente este plan es escuchar las propuestas y visiones del conjunto de actores, estableciendo prioridades en las personas que habitan la ciudad, y con un diagnóstico completo, en el que los factores socioeconómicos y sanitarios estén incluidos, en definitiva, paso corto y mirada larga. Por ello, seguiremos porfiando para derribar el muro porque la adaptación al cambio climático tiene indudables repercusiones en el mundo del trabajo y en la salud de los de hoy, además del futuro de los de mañana. Así que en respuesta al concejal defensor del plan, desde CCOO PV decimos que sí, que nos dedicamos a lo que tenemos que dedicar.

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