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nov 2010

Marcelino Camacho, un hombre imprescindible

3 de Noviembre de 2010. José de la Casa

José de la Casa, Secretario de Territorio y Vivienda CCOO PV Publicado en Información de Alicante


Nos dejas compañero Marcelino. La vida es así pero duele mucho perderte para siempre.Sin embargo tu ejemplo y dedicación perdurara para siempre en las entrañas de CCOO y en el corazón de todos los sindicalistas.

Para hablar de ti lo primero que quiero subrayar de tu trayectoria en el sindicato, sobre todo en estos tiempos en el que la sociedad muestra una falta de valores muy preocupante, es que enarbolaste la bandera de la lucha, la firmeza el compromiso siendo consecuente con aquello que predicabas, y al mimo tiempo practicabas. Has demostrado que la ética y la honradez no están reñidas y son un baluarte en el diálogo, la negociación y la movilización.

Dejas un legado inolvidable, para mí el más importante, cuando junto a otros compañeros acordasteis crear la Confederación Sindical de Comisiones Obreras. Eran los años setenta y siete, en aquellas fechas uno era muy joven y nos costó entenderlo, porque algunos camaradas considerábamos que era mejor organizar la lucha a través de movimientos asamblearios, pero estábamos equivocados, y el tiempo lo ha demostrado. Con tu esfuerzo y el de muchos compañeros y compañeras construisteis los cimientos de un gran edificio, lo que es hoy nuestro sindicato, los edificios se podrán reformar adecuarlos a las necesidades de cada momento, pero lo importante son los cimiento en los que se sustenta. La solidez actual de CCOO es fruto del esfuerzo y la constancia desarrollada en unos momentos muy difíciles, que han permitido el desarrollo y consolidación del sindicalismo confederal en el que nuestra organización es el sindicato más importante del país.

En el plano personal recuerdo tus visitas a Alicante para visitar la cementera de San Vicente en épocas de elecciones sindicales y cómo te saltabas el protocolo que quería marcar la empresa, te metías por todos los rincones para charlar con los trabajadores, para darles la mano uno por uno. Cuando íbamos por la calle saludabas a todo el mundo aunque no los conocieras. En una ocasión te comenté que no entendía por qué tenías que saludar a todo el mundo, incluso a la gente que no nos apoyaba y me respondiste que era una cuestión natural y que además todas las personas correspondían al saludo a no ser que fueran unos mal nacidos.

La sencillez ha sido un valor añadido a tus conocimientos y sabiduría, queda en mi memoria y en mis recuerdos el aplomo y la tranquilidad con la que afrontabas las comparecencias públicas en unos momentos en los que daba mis primeros pasos como responsable del sindicato en la comarca y debía afrontar con muchos nervios algunos actos como ruedas de prensa. Podía sentir tu apoyo y confianza para resolver con éxito cualquier situación.

Podría contar muchas cosas, pero me dicen que sea breve. Desde muy joven te comprometiste por la defensa de los mas débiles, viniste con la mochila vacía y te vas con ella llena de vivencias, de muchas personas que te queremos y nunca te olvidáremos, llena de logros conseguidos, de la transformación del sindicato, seguiremos adaptando la estructura a las situaciones que requieran los nuevos tiempos, pero sin tocar los cimentó que tu forjaste y que ha tanta estabilidad nos ha dado

Pero también te vas como viniste, con la mochila vacía en lo material. Nada trajiste, nada te llevas (eso en estos tiempos que tanto se estila meter la mano en la bolsa de los dineros ajenos), muy ligero de equipaje en ese sentido. Gracias por haberte conocido y hasta siempre compañero del alma compañero.

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