14

feb 2011

Ser o no ser

14 de Febrero de 2011. Miguel Lázaro Iborra

Miguel Lázaro Iborra, Secretaria de Formació Sindical FSC CCOO PV


Podríamos comenzar con aquello de "ser o no ser", o con lo de "tomar las armas..." (el Príncipe de Dinamarca quedaría perplejo ante tal anacronismo).
Pues bien, no lo haremos.

No obstante, los argumentos que se nos plantean abordan la dicotomía entre la rúbrica o no de unos Acuerdos cuya importancia es exponencial a la situación económica y laboral que se vive en nuestro país, pero también en Europa o en el mundo. Por eso algunos lo han calificado de "Pacto de Estado". No en vano nuestro estado de bienestar se está poniendo en tela de juicio, entre otros, por los incontenibles efectos de las economías emergentes: ¡cuánta contradicción!

Por otra parte no asumir esa responsabilidad, ¿sería más pragmático? Y si lo fuera ¿adónde nos conduciría? ¿A la revuelta? ¿A los cuarteles de invierno?: es decir a cesar en la actividad propia del sindicato. O bien, aún reconociendo que existe una merma en determinados derechos, la firma del acuerdo oxigena y cimenta uno de los pilares del estado de bienestar -como es el sistema público de pensiones- y evita que la rapiña se cebe en un mercado que todavía se le resiste.

¿Hubiéramos preferido entregar un sistema solidario y proporcional a la vorágine de los mercados o de los marchantes? ¿Se ha sido posibilista...? Si. ¿O es que acaso en los grandes acontecimientos no hay siempre grandes dosis de posibilismo?

Porque analizamos la realidad y queremos transformarla. Porque nuestro compromiso con este pacto está con los trabajadores y las trabajadoras que no han dejado de serlo, pero también con aquellos y aquellas que llevan mucho tiempo añorando esa condición, y cuya única esperanza está en volver a tener la dignidad que creyeron perder junto con su puesto de trabajo. Por ellos ¿no hemos de ser "posibilistas"? ¿acaso el movimiento sindical no está historiado y pergeñado de "posibilismo"?

Claro que no nos gusta este sistema capitalista, de un liberalismo furibundo, que globaliza hasta los "posavasos". Claro que estamos por una sociedad solidaria, socialista y democrática. Pero no "tenemos o queremos" un "Potemkin".

Centrémonos en lo sustancial del acuerdo:

-     Fortalece el Sistema Público de Pensiones integrando a otros regímenes (Régimen Especial Agrario y del Régimen Especial de Empleados de Hogar) en el Régimen General, siendo a la vez conscientes del descenso del número de cotizantes, así como de la tasa de mortalidad y natalidad.

-     Amplía la protección social de los jóvenes en los planes formativos.

-     Implanta un catálogo de profesiones en las que se aplicarán coeficientes reductores en la jubilación por condiciones de mayor penosidad, peligrosidad o siniestralidad.

-     Incrementa las bases medias de cotización del Régimen Especial de Trabajadores Autónomos, para hacerlas más acordes con las medias cotizadas por los trabajadores y trabajadoras por cuenta ajena en el Régimen General; consiguiendo una mayor acción protectora e incrementando los ingresos al Sistema.

-     Separa las fuentes de financiación en el caso de las "prestaciones no contributivas" o en los "complementos a mínimos", mediante su cargo en los Presupuestos Generales del Estado.

-     Impulsa, mediante rebajas en las cuotas empresariales, los programas de empleo a jóvenes hasta 30 años y parados de larga duración.

-     Aumenta el periodo cotizado por excedencia para cuidado de menores.

-     Aprueba el pago de prestación económica del 75% del IPREM mensual hasta 6 meses cuando se haya agotado la prestación por desempleo (IPREM Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples 533 ? ).

-     Recupera la Negociación Colectiva, que es tanto como recuperar nuestro "ser o no ser".     Aunque estemos en "desacuerdo": ¿cómo al menos no tener dudas para el "acuerdo"? Como el poeta granadino Luis García Montero: "celebro que mi huelga general haya servido para algo", tampoco yo quisiera acabar mis días como en "Muerte de un viajante": anciano, sin pensión y sin sueños, esperando cobrar el seguro de vida -su vida- para sacar a la familia adelante.

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