16

feb 2011

Un Acuerdo arrancado al ejecutivo y al capital

16 de Febrero de 2011. Paco Molina Balaguer

Paco Molina Balaguer, Secretario General de CCOO PV


El Consejo de Ministros aprobaba el pasado viernes un programa de ayuda destinado a personas en paro y un plan de fomento de la contratación para menores de 30 años y desempleados de larga duración. Los que podrían considerarse los primeros frutos del reciente y tan denostado Acuerdo Social y Económico, vienen a concretar las líneas marcadas en el texto respecto a políticas activas de empleo.

Tras la pelea, en la calle y en la mesa de negociación, se pacta impulsar el cambio de modelo productivo como base para la salida de la crisis, se establecen criterios en la negociación colectiva que refuerzan el papel del convenio de ámbito sectorial y se aumenta el gasto en políticas de inserción. En ninguna fase del proceso se le olvida a CCOO que el problema fundamental sigue siendo la creación de empleo, las personas sin trabajo ni cobertura.

Lo que tampoco se ha dicho es que el Acuerdo alcanzado en España carece de referentes en toda Europa, donde los gobiernos han acabado imponiendo su criterio sin negociación social. Frente a la agresiva, insolidaria e injusta propuesta inicial, la participación sindical en la negociación ha conseguido pactar un texto garantista que en absoluto se limita a las pensiones.

Este es un Acuerdo arrancado al ejecutivo y al capital que se produce tras un ataque frontal al sistema público de pensiones y, casi al unísono, a la negociación colectiva, con advertencias claras de implantación "con o sin negociación", según el ultimátum anunciado en el Consejo de Ministros del 3 de diciembre.

El texto finalmente suscrito responde a un escenario preexistente de crisis y a los "deberes" para una pronta recuperación, marcados desde el exterior y asumidos por el Gobierno, con independencia del coste social. Pese a las limitaciones que implica aceptar cualquier negociación, el resultado consolida nuestro sistema público, desoyendo los insolidarios cantos de sirena sobre la "capitalización" porque eso en castellano quiere decir que sólo ahorre el que más tenga y pueda permitírselo, para regocijo de los "vendedores" de planes privados.

Con la firma de este Acuerdo CCOO buscaba forzar la solidaridad interna del sistema y, sobre todo, ciertas garantías para los colectivos más débiles y para aquellos trabajadores expuestos a penosidad, toxicidad, o una siniestralidad más elevada. El objetivo sindical de revertir el ataque del Gobierno al sistema público de pensiones, puede considerarse honestamente alcanzado, ya que el Acuerdo abre el abanico de posibilidades respecto a la edad de jubilación, convirtiendo la decisión de jubilación anticipada a los 63 años en un derecho del trabajador. Se mantiene la posibilidad de jubilación anticipada a los 61 en casos de despidos colectivos o individuales, y también la jubilación parcial. Pero, además, se reconocen derechos a los colectivos más vulnerables y se establece un aumento del período de cálculo a 25 años de forma escalonada y no para toda la vida laboral, como el Gobierno pretendía.

En conclusión, hemos ganado para la clase trabajadora un Acuerdo importante, imperfecto, que gana flexibilidad frente a imposición, que no supone en absoluto el cierre de ningún conflicto, pero que garantiza mayores niveles de cohesión social, y la buena salud de un sistema de pensiones para todas las personas.

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