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dic 2011

Una tasa de paro insoportable

12 de Diciembre de 2011. Ignacio Fernández Toxo

Por Ignacio Fernández Toxo. Secretario General de CCOO.


La Encuesta de Población Activa del tercer trimestre de 2011 nos coloca ante la tasa de paro (21,52%) más alta desde 1996, con 4.978.300 personas en situación de desempleo. Es un trimestre en el que los dos años anteriores se habían reducido las cifras de paro como consecuencia de una mayor actividad económica de naturaleza estacional. Sin embargo, este año, aun con un incremento del 8% de las actividades relacionadas con el sector turístico, la destrucción de empleo en otros sectores (agricultura, construcción, servicios) y la menor contratación han dado al traste con esta tendencia.

No hay excusas que valgan. Si los poderes públicos y la iniciativa empresarial no reaccionan ante estas cifras es que algo va mal, muy mal, en nuestro país. El Gobierno de Zapatero cumplió como un alumno aventajado el ideario liberal europeo, y se prestó raudo y obediente a contener el déficit público y aplicar un duro ajuste social y laboral castigando a los sectores más débiles, para hacer méritos ante Bruselas y los mercados financieros. Ni siquiera dejó caer un gesto simbólico hacia las rentas más altas y las rentas de capital, bien anunciando una urgente reforma fiscal para hacer más justa la tributación, bien recuperando algunas figuras tributarias que nunca debió eliminar. Pero prefirió preservar el buen clima con los poderes económicos y políticos de la Unión Europea, abrazando incluso el esperpento cuando en las últimas semanas de su mandato decidió indultar a un banquero. El  mundo al revés.

El 20 de noviembre, como los propios análisis de CCOO habían diagnosticado hace poco más de un año, el Partido Popular logró la mayoría absoluta y gobernará el país los próximos cuatro años. Se cierra así el círculo de hegemonía conservadora, que empezó el pasado mes de mayo con la victoria de la derecha en autonomías y ayuntamientos, y concluye ahora con el triunfo en las elecciones generales. Comienza, pues, un nuevo ciclo político en medio de una crisis económica y financiera que no es nueva y que amenaza con quedarse por tiempo indeterminado. El presidente Rajoy se enfrenta a una grave crisis y ya no podrá sortearla desde la retórica de la oposición, sino gobernando y haciendo realidad su propio programa electoral.

Pacto por el empleo

Uno de los ejes de su programa, que todavía decora la sede central del Partido Popular, es "Lo primero, el empleo",  lema, por cierto plagiado -no es la primera vez- de la estrategia sindical puesta en marcha por CCOO, y que ahora deberá determinar su agenda política. Si así fuera, coincidirá con la principal demanda sindical de impulsar un gran Pacto por el empleo y la cohesión social, que debería liderar el propio Ejecutivo y que contaría con la participación de las organizaciones sindicales y empresariales, y en otro ámbito, de las fuerzas políticas y  Comunidades Autónomas.

Todos los indicadores aconsejan la necesidad de este proceso negociador. El Gabinete Económico  de CCOO advirtió que el ritmo de actividad económica del tercer trimestre se estancó, con una tasa intertrimestral del 0%, como consecuencia, fundamentalmente, del hundimiento de la demanda interna, a lo que vino a sumase el descenso en el consumo y en la inversión. Una tendencia que, previsiblemente,  se agravará en el último trimestre del año, con lo que el crecimiento final se situará, como habíamos adelantado, entre el 0,7 y el 0,8%, algo que, por otra parte, ha terminado por reconocer el  Ministerio de Economía. Esto y no la ausencia de reformas es lo que está debilitando la posición española en los mercados de la deuda llevándola a una posición insostenible.

El mantenimiento invariable de los objetivos de déficit para cumplir con las exigencias del Plan de Estabilidad, a partir de la actual distribución de los esfuerzos, hace imposible el relanzamiento de la actividad y por lo tanto la generación de empleo, además de amenazar seriamente los pilares del Estado social, como se deduce de las políticas de recortes aplicadas en las CCAA, que afectan sobre todo a la sanidad y la educación, o en los Ayuntamientos a los servicios públicos y el empleo asociado a los mismos. Por eso, lo vuelvo a reiterar: las políticas de austeridad y de contención del déficit que nosotros valoramos, han de ser compatibles con los estímulos públicos a la economía y la creación de empleo; es decir, hay que flexibilizar los plazos impuestos por el núcleo duro de la UE para alcanzar el 3% del déficit en 2013, y poder hacerlo en el 2015 o 2016.

En definitiva, creemos que el presidente Rajoy debe ponerse al frente del Pacto por el empleo que reclamamos. Un pacto que aborde distintos capítulos de la política económica y laboral, y que a nuestro juicio serían el relanzamiento de la actividad económica,  un pacto de rentas, un pacto fiscal, la negociación colectiva, la reforma del sistema financiero, la política de vivienda y el contrato dual que combine empleo y formación. Aquí deben concentrarse los esfuerzos de los poderes públicos, las organizaciones sindicales y empresariales y las fuerzas políticas e instituciones del Estado.

De no convertir el empleo en la primera prioridad y emular al anterior Gobierno en sus políticas de ajuste social, vulnerando derechos de asalariados, pensionistas, parados y empleados públicos, nos veremos obligados a responder con la mayor firmeza y serenidad. Apostamos sin titubear por el diálogo y la concertación para defender los intereses de los trabajadores; pero los defenderemos con todos los instrumentos que la Constitución pone a nuestro alcance.

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