5

jun 2017

Sociedad inmune

5 de Junio de 2017. Manel Nieto

Me siento en la obligación de formular una pregunta, que no deja de ser una pequeña reflexión y que por supuesto conlleva un deseo. Una reivindicación colectiva de muchas gargantas y voces desgarradas que vienen a clamar una sociedad justa, libre e igualitaria, sin ningún tipo de predominio.


Qué pensaríamos de una sociedad que se encontrase fuera de nuestras “fronteras” y que no combatiese de manera decidida, irreverente y hasta beligerante a través de sus gobernantes, sus leyes y su proceso educacional y/o pedagógico para eliminar la barbarie que supone el ASESINATO de 28 mujeres y 6 criaturas.

Veintiocho personas muertas a manos de sus parejas o exparejas y progenitores o compañeros o excompañeros sentimentales de sus madres en lo que llevamos de año, y en el momento de ponerme a redactar estas líneas. Hago esta apreciación porque como esto es un no parar, cabe la posibilidad indeseada, de que hoy lunes esta estadística haya quedado desfasada.

Con toda seguridad, y aquí que somos muy dados a criticar y opinar sobre lo que deben hacer los demás diríamos que, esa gente, esa sociedad son puros animales, que están atrasados y descorazonados. Que no tienen las agallas para salir a las calles y llenarlas como si de ríos bravos de aguas rabiosas y enfurecidas se tratase, exigiéndole a sus gobernantes cambios legislativos drásticos y efectivos para acabar de una vez por todas con esa lacra, esa sangría innecesaria, injusta y vergonzante.

Que se viera de manera clara como se convierte en una de las preocupaciones sociales y políticas de primer orden y se arremangan hasta la extenuación mientras no vean cumplido su legítimo objetivo, que no es otro que el de defender el DERECHO A LA VIDA, a una vida sin violencia, sin malos tratos a mujeres y criaturas, el derecho a construir una sociedad más amable y armoniosa, donde el respeto mutuo en el foro interno de la pareja haga iguales al hombre y a la mujer, sin predominio ni sometimiento de ningún tipo.

Donde los niños y niñas crezcan sintiéndose importantes y amados y con la seguridad de que no van a padecer traumas de por vida, ni van a reproducir modelos o clichés violentos, intolerantes o irrespetuosos, que no van a tener que soportar ningún lastre a lo largo de su vida como consecuencia de haber padecido en su niñez ni quedado grabado en su psiquis ningún tipo de violencia.

Seguramente nos alarmaríamos sobremanera y sentiríamos vergüenza de esa sociedad si fuéramos conscientes que, esos asesinatos han provocado desde que existe estadística más muertes que las que hubo en ese país como consecuencia de la acción terrorista, que durante más de 40 años acongojó a esa misma sociedad, que supo despertar y rechazar de manera casi unánime la acción criminal.

Donde además se convirtió en un problema de estado, desplegando un conjunto de acciones políticas para identificar, rechazar, aislar, recluir y acabar con esa amenaza, la amenaza de ETA. Porque se tenía claro que se quería vivir en paz y la sociedad y los instrumentos del Estado Social y de Derecho estaban en la misma clave. Entonces a los distintos gobiernos de ese país no les dolían prendas para poner todos los recursos que fueran necesarios para acabar con esa organización, hasta fondos reservados se tenían disponible para conseguir ese fin.

Efectivamente, estoy hablando de España, de sus gobernantes y de nosotras y nosotros que somos quienes mayor responsabilidad tenemos como ciudadanía en no repudiar a los violentos y en no forzar a quienes gobiernan el país a que consideren la violencia de género, los asesinatos machistas una cuestión de estado y pongan todos los recursos necesarios para acabar de manera definitiva con esta vergüenza y al final podamos decir que fue un mal sueño, pero que destrozó y arrasó con muchas vidas.

"No me preocupa el grito de los violentos, de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética, lo que más me preocupa es el silencio de los buenos". Martin Luther King

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