17

jul 2023

Unas elecciones para consolidar avances y afianzar derechos

17 de Julio de 2023. Ana García Alcolea

Las propuestas sindicales para la próxima legislatura presentadas a los partidos ponen en valor los acuerdos articulados desde el diálogo social. Sin partidismo y sin equidistancia, CCOO aspira a contribuir al refuerzo de una mayoría de progreso, imprescindible para consolidar avances y no caer en el abismo del retroceso.


El sindicalismo de clase está unido en la defensa de derechos fundamentales amenazados por un pacto de las derechas que niega la igualdad, la violencia de género, los derechos LGTBI, de las personas migrantes, el cambio climático o la memoria democrática. Una enmienda al consenso democrático alcanzado en nuestro país. Hemos encadenado una pandemia global con una crisis inflacionista que ha convertido hacer la compra en misión imposible y amenaza con un retorno a las políticas restrictivas en la UE. El aumento de tipos del BCE está sintiéndose en el encarecimiento de la vivienda y del coste de financiación de la deuda pública de los Estados.

Algunas voces, calladas en la pandemia, reclaman el rescate del manual de la ortodoxia capitalista. Olvidamos pronto que otro tipo de políticas económicas se han demostrado más eficaces en contextos de crisis. Tenemos que decidir entre aprovechar los fondos europeos y consolidar los avances sociales, o volver a supeditar la democracia a los mercados. La segunda opción ya nos trajo en 2008 una nefasta reforma laboral, una devaluación salarial generalizada y un aumento desmedido de la pobreza.

El cambio de paradigma de las políticas anticíclicas de la Unión Europea ha supuesto un revulsivo para acometer un conjunto de reformas, la mayoría fruto del diálogo social, que han permitido revertir la involución de derechos del Gobierno del PP. La UE es parte de un entorno geopolítico cada vez más complejo, está en juego la consolidación de un modelo social y el proceso de construcción europea. El paso adelante que ha supuesto la imposición de las políticas expansivas, de solidaridad entre Estados, está amenazado por la oleada reaccionaria que ya ha replicado en Italia, y que es un riesgo real también aquí.

Nuestro país se enfrenta a retos como la transformación del modelo productivo, la digitalización, la reindustrialización, el desarrollo de una política de cuidados, la transición justa y la intensificación de los avances en materia social. Esta legislatura es crucial para abordar un nuevo contrato social capaz de acomodar nuestro modelo de trabajo a los intereses y a la sociedad del siglo XXI. Un contrato que aborde el acceso a una vivienda digna, a un uso de los tiempos más racional, que incluya las nuevas formas emergentes de organización del trabajo y que avance hacia el objetivo de la reducción de jornada sin merma salarial.

Afianzar el avance social requiere un nuevo modelo de financiación que asegure la igualdad en el acceso a los servicios públicos, que deben ser de calidad, independientemente de la comunidad autónoma de residencia. Necesitamos una reforma fiscal profunda que fije la equidad redistributiva y solucione el problema de la deuda generada por la infrafinanciación.

Están en juego conquistas como el aumento del SMI, los derechos de las empleadas del hogar, la revalorización de las pensiones, el fortalecimiento de los servicios públicos, la creación de trabajo estable o la reducción de las brechas. El 23J es una cita trascendental para la clase trabajadora. La emergencia democrática que enfrentamos exige disputar hasta el último aliento a quienes nos quieren arrebatar el futuro

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