¿Sirven las políticas activas de empleo?
Más allá de los registros y de las cifras del paro, la EPA o la afiliación a la Seguridad Social, al observar a las personas que nos rodean todos los días, vemos que seguimos con miles de personas en desempleo, en paro de larga duración, con escasa protección por desempleo, personas mayores de 45 o 55 años que fueron expulsados del mercado laboral y que llevan años sin encontrar una oportunidad de empleo.
Cuando miramos a la cara a las personas que vienen a preguntarnos qué pueden hacer para encontrar empleo o para formarse, constatamos la grave situación en la que viene nuestra clase trabajadora, despojada de su valor más preciado: un trabajo decente que en algún momento tuvieron y que gracias a las reformas laborales lo perdieron, en muchos casos porque tal vez la empresa esperaba pérdidas.
Tenemos una brecha de género inadmisible, tanto en el acceso como en el mantenimiento del empleo, en la promoción o incluso en la jornada que suele ser para las mujeres parcial. Tenemos brecha formativa en el acceso a la formación para el empleo en las empresas, ya que o no estamos porque no tenemos empleo, o al ser a jornada parcial, nunca nos ofrecen la cualificación necesaria para continuar teniendo oportunidades de promoción interna.
Y fundamentalmente, una injusta brecha salarial. Somos más del 50% de la población y no se puede desarrollar una sociedad, dejando al margen a más de la mitad de la misma.
Si seguimos con el análisis en el País Valencià, encontramos una juventud altamente preparada que no pueden acceder a un empleo de calidad, que se ven empujados a la mal llamada por la exministra Báñez «movilidad laboral». Tendremos que reflexionar y poner medidas para evitar perder el talento que con tanto esfuerzo hemos generado como sociedad.
Sin ser catastrofista o alarmista, dada la leve mejoría de la economía, no podemos dejar de ser lo más realistas posibles para poner las medidas necesarias para resolver las dificultades de todas y cada una de las personas de conviven en el País Valencià y que han sufrido y sufren las consecuencias de la crisis en combinación con la aplicación de las dos últimas reformas laborales y la receta de las políticas de ajustes y recortes que vienen a repercutir como siempre, en la clase trabajadora. En CCOO PV creemos que ya tenemos múltiples diagnósticos y análisis, por lo que es hora de actuar de forma planificada.
¿Cómo podemos actuar? En múltiples líneas: apostando por el cambio de modelo productivo que implica romper el obsoleto y agotado que tenemos actualmente, dedicando recursos y obteniendo el compromiso patronal de avanzar en un proceso de industrialización, de innovación, impulso de las energías renovables, sanidad, educación, dependencia, servicios sociales y servicios en general a la ciudadanía públicos y de calidad, actualizando y adaptando las políticas activas de empleo.
Desde CCOO PV defendemos que la orientación profesional es fundamental a lo largo de la vida. Que sea adaptada y personalizada para todas las personas sin empleo, estudiantes, con empleo y necesidad de mejora profesional.
La segunda de las políticas de empleo debe prestar especial atención a las necesidades de la clase trabajadora y de las empresas. Nos referimos a la formación, tanto la reglada como la formación para el empleo, que debe ser flexible y considerada como capital para la clase trabajadora y para las empresas, que verán cómo mejora su productividad y cómo los trabajadores y trabajadoras que se van cualificando, aportan lo necesario para que las empresas incrementen su competitividad.
Por último, si atendemos al fomento de empleo, podemos analizar qué se está haciendo y evaluar para qué está sirviendo.
Vaya por delante que CCOO PV defendemos y apostamos por un empleo estable, de calidad, ajustado a la cualificación y con derechos, por lo que no podemos ver con buenos ojos cuando se fomenta la contratación temporal.
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