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ago 2019

Jóvenes ante la precariedad: la única lucha efectiva es la organizada

12 de Agosto de 2019. Ana Belén Montero

La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció el 12 de agosto como el Día Internacional de la Juventud. Una fecha significativa para destacar el papel de las personas más jóvenes en la transformación y regeneración de la sociedad, invitándolas a que ese día fueran protagonistas y pusieran sobre la palestra aquellas problemáticas presentes y que amenazan su futuro, con el objetivo de generar conciencia sobre las mismas.


Pues bien, como cada año, desde hace veinte, volvemos a insistir en la necesidad de poner soluciones a los obstáculos y dificultades que coexisten con la esencia de la juventud. La receta ilógica de cura de esos males no puede ser el paso del tiempo, debemos rechazar fehacientemente que el remedio pase por dejar de ser joven.

No es de extrañar que algunas estadísticas muestren a la juventud española como la más pesimista del mundo sobre su futuro laboral, quizás suene desproporcionado en comparación con otros países del entorno, pero desde luego, no se puede ser beligerante con el sentir negativo de una generación que se siente abandonada por las instituciones.

Nos podríamos preguntar a qué responde semejante frustración, y no sería sencillo, pues como otras muchas cosas que forman parte del modelo económico y social, la red de problemáticas que afecta a toda una generación de jóvenes no se reduce única y exclusivamente a tener un empleo digno o un más fácil acceso a la vivienda. Aunque desde luego ambas sean una parte esencial para emprender una vida independiente que ansía la amplia mayoría.

Podría hablaros de Anna, que tiene 24 años y que combinaba sus estudios de Bellas Artes en la Universidad Politécnica de Valencia, con empleos temporales y precarios. Su experiencia como captadora de socios para una compañía de telecomunicaciones fue nefasta, trabajaba por 300 € mensuales y solo sumaba comisiones por nuevos clientes si superaba su salario del mes. Tampoco fue muy alentadora su situación laboral en una conocida cadena de comida rápida en la que cobraba 5 € la hora y a la que tuvo que reclamar para que le pagaran a final de mes.

Álvaro, de 18 años, músico de formación, solo le salen trabajos en negro, se está planteando salir en busca de una oportunidad laboral a otro país de Europa. Manu, también de 18 años, trabaja en un supermercado por 2 € la hora durante 4 meses. Podríamos describir muchas otras malas experiencias laborales de Inés, Bea, Samuel, Alberto, Javier…, personas jóvenes que tienen en común haber roto con el conformismo de su situación y formar parte de un proyecto colectivo de acción transformadora como es militar en el espacio de Joves de CCOO PV.

A lo largo de este verano han trasladado por todo el territorio la campaña “¡La precariedad no toma vacaciones!” ¡Y nuestra lucha tampoco! No les ha faltado ilusión al recorrer centros comerciales, zonas estudiantiles, de playa, barrios… e informar a otras personas jóvenes de la necesidad de organizarse para combatir la explotación laboral, y todo porque tienen muy claro que aceptar la precariedad no es una opción.

También en la sede CCOO en Benidorm ha comenzado un servicio de asesoramiento laboral para y con personas jóvenes, y es que las costas del Mediterráneo ocultan en su sol y playa unas situaciones de explotación laboral a las que hay que poner una solución inmediata.

Este verano, jóvenes de CCOO PV han decidido dar un paso en la transformación de la realidad, en no resignarse, en hacerse más fuertes, porque cada vez son más quienes no se conforman con ser una estadística de precariedad y exclusión social, quienes se despiertan cada mañana pensando que es preciso luchar por el cambio, con la paradoja de que ya están siendo ese cambio.

La organización es la herramienta fundamental para luchar a favor de la justicia social, para defender las voces jóvenes por tiempo silenciadas, para conectar con quien ha dejado de creer en la democracia y en la fuerza colectiva. Defendamos la organización como forma esencial para lograr que nuestras prioridades se incluyan en la agenda política, para defender los intereses de la juventud trabajadora frente al empresariado.

Porque hoy, más que nunca, hay que generar pensamiento y propuestas alternativas, más que nunca, hay que perseverar en la lucha sindical, en la lucha organizada de la clase obrera.

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