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nov 2020

De trabajo decente y personas mayores

11 de Noviembre de 2020. José María Rubio

Hace 1 mes con motivo de las celebraciones del 1 de octubre y el 7 de ese mismo mes las Federaciones de Pensionistas y la Unión intercomarcal de L'Alacantí- les Marines de CC.OO organizamos sendas jornadas de trabajo. Más allá de la proximidad en las fechas existe una clara relación entre ellas, una vinculación inequívoca entre estos dos asuntos. Resultaría muy difícil hablar de los derechos de las personas mayores, de unas pensiones dignas, de una ley de dependencia real etc., si previamente no hablamos de trabajo decente, entendiendo este como aqul que emancipa, libra, como aquel que te permite llevar una vida autónoma, gozosa y solidaria.


Días atrás “El Roto” publicaba una viñeta que mostraba a un hombre con muletas caminando sobre un suelo quebrado y decía: “mIs piernas están firmes, es el mundo el que está quebradizo”. Como siempre acertó.

Las dos últimas crisis, la de 2008 y ahora 2020 con la pandemia han puesto de manifiesto la fragilidad de nuestro sistema económico y la precariedad de nuestro mercado de trabajo y se ha cebado en esta ocasión de manera despiadada con el colectivo de personas mayores que han ido cayendo de manera alarmante, llegando alguna C.A. a poner negro sobre blanco lo que para ella significamos. Es decir: cero absoluto; seres prescindibles.

El futuro no existe, pero podemos vislumbrarlo a través de lo que vayamos construyendo hoy. La clase trabajadora debemos construir nuestro futuro sobre un suelo firme que nos ermita caminar con seguridad y dotarnos de las muletas necesarias a través de una red de servicios sociales que nos permita llevar esa vida gozosa y solidaria y cuando nuestra autonomía se vea mermada tener ese apoyo, ese bastón solidario que con tanto esfuerzo hemos ido modelando.

El Internet es un invento diabólico. Tiene la gran virtud de acercar llo lejano pero a su vez la gran contradicción de alejar lo más cercano.

Ufanos mostramos los avances de las nuevas tecnologías pero deberíamos cuidarnos de que esos mismos avances lleguen a todos y todas, no debemos permitir que, nuevamente, una parte importante de la población quede al margen produciéndose una nueva brecha.

Las leyes y sus reglamentos nunca deben de suponer una losa que nos impida avanzar hacia los objetivos para los que fueron creadas (ejem. Dependencia, IMV)

Invito a cuantas personas lean este artículo a que vean la excelente película de Ken Loach 'Yo, Daniel Blake' en la que se ejemplifican esas situaciones en las que ese insensible aparato burocrático, ese monstruo administrativo atenaza, paraliza y desespera y donde sólo la solidaridad intergeneracional y la solidaridad entre la clase trabajadora permite una esperanza.

Deberemos defender día a día nuestros derechos de ciudadanos y ciudadanas libres sin sin dejar ni uno para que no nos vuelva a ocurrir que cuando nos sabíamos la respuesta nos cambiaron la pregunta.

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