10

mar 2021

La pobreza tiene cara de mujer

10 de Marzo de 2021. Ángeles María Aleixandre Benavent

La desigualdad efectiva entre hombres y mujeres de la sociedad española actual tiene su reflejo en el mundo laboral. Para las mujeres es más difícil acceder al mercado laboral, quedarse, promocionar… siendo lo más significativo el hecho de que cobren sistemáticamente menos que los hombres.


Se conoce como brecha salarial entre hombres y mujeres a la diferencia existente entre los salarios percibidos por los trabajadores de ambos sexos, calculada sobre la base de la diferencia media entre los ingresos brutos por hora de todos los trabajadores. De este modo, el impacto que la brecha salarial tiene sobre las mujeres es que obtienen menos ingresos a lo largo de su vida, lo que conduce a pensiones más bajas y a un mayor riesgo de pobreza en la tercera edad. No hay que olvidar que las mujeres constituyen la mayoría de los trabajadores a tiempo parcial de la UE.

Por tanto, la brecha salarial entre hombres y mujeres constituye un problema complejo en el que intervienen muchas causas que suelen estar interrelacionadas. El hecho de que siga existiendo hoy en día se debe a desigualdades de género más amplias en los planos económico y social como la discriminación en el lugar de trabajo, distintos sectores y empleos, diferentes prácticas laborales y sistemas salariales, la infravaloración del trabajo y las capacidades de las mujeres, la escasa presencia de las mujeres en puestos directivo de alto nivel liderazgo, tradiciones y roles de género y, por supuesto, la conciliación de la vida laboral y familiar.

Es por todo ello que, en octubre de 2020, se aprobaron dos normas que pueden contribuir de forma determinante a eliminar la brecha salarial en las empresas y que permiten seguir avanzado en las políticas de igualdad en el ámbito laboral: el Real Decreto 901/2020, de 13 de octubre, por el que se regulan los planes de igualdad y su registro y el Real Decreto 902/2020, de 13 de octubre, de igualdad retributiva entre mujeres y hombres.

Aun así, CCOO seguirá poniendo el punto de mira en la injusticia manifiesta que es la brecha salarial, que castiga económicamente a las mujeres por estar expuestas a las discriminaciones y barreras de género que persisten. Les castiga en el presente a salarios menores y a salarios más bajos. Les castiga en el futuro a menores prestaciones y pensiones más bajas. Así, el 75% de las personas que trabajan con jornada parcial son mujeres. En 2018, casi el 58% de los contratos temporales a tiempo parcial realizados fueron a mujeres. Tener empleo no garantiza evitar situaciones de pobreza.

CCOO exige al gobierno empleo de calidad, salarios dignos, políticas de igualdad y medidas que impulsen con garantías la implantación de planes de igualdad en las empresas desde la negociación colectiva.

Porque para eliminar la brecha salarial, urge combatir las discriminaciones culturales, sociales y laborales que impiden la plena participación laboral de las mujeres. Urgen políticas de corresponsabilidad familiar. Y urgen políticas de empleo que garanticen la extensión del empleo de calidad.

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