7

oct 2016

Si el trabajo no es igualitario, no es decente

7 de Octubre de 2016. María Candelas Sanchiz y Javier Pérez Ferré, CCOO l'Alacantí-les Marines

Si el trabajo no es igualitario, no es decente. Empleo con derechos y con derechos iguales para hombres y mujeres en un mercado de trabajo decente e igualitario, en el que todas las personas que trabajan lo hagan en condiciones dignas y justas.


Sin embargo, una de las mayores desigualdades que seguimos arrastrando y que, además, aumenta en vez de disminuir, es la producida por la división sexual del trabajo. La brecha injusta y desigual entre el trabajo productivo y el reproductivo, los cuales son masculinizado aquel y feminizado este por el sistema patriarcal, es rígida, difícil de disolver a causa de los intereses de este sistema, el patriarcado.

Sectores productivos como la industria y la construcción, son ocupados mayoritariamente por varones; sectores como servicios, feminizados como en los que se profesionalizan las tareas del cuidado, responsabilidades eternas adjudicadas sistemáticamente a las mujeres, son sectores en los que se sigue reflejando la desvalorización que sigue sufriendo el trabajo reproductivo, el cual hacemos gratis las mujeres.

Dos reflejos claros son el sector de las trabajadoras del hogar, todavía sin una plena protección social, con índices elevadísimos de economía sumergida, vulnerables en sus derechos laborales, expuestas a abusos en sus jornadas, en sus funciones, en sus competencias? Y el sector hotelero, las camareras de piso, que se enfrentan a la externalización de su actividad laboral, a jornadas abusivas de trabajo, a presiones para trabajar más y más rápido, a prácticas fraudulentas en la contratación, y a ver cómo su salud e integridad física y psicológica van mermando sin tener la protección laboral que corresponde.

Según un estudio internacional realizado por UITA, en el que participó España a través de CCOO, se observa una realidad más que preocupante: el 71,5% de las camareras encuestadas consumen medicamentos para poder afrontar su jornada laboral diaria y es que hay que tener en cuenta que el 85,36% padece lumbalgias y el 80,48% cervicobraquialgias, es decir fuertes dolores cervicales que afectan al hombro. Fundamentalmente, las lesiones musculoesqueléticas representan uno de los problemas de salud más importantes de las camareras de piso, que actualmente deben realizar la limpieza de unas 25-30 habitaciones diarias por trabajadora y jornada, en turnos seguidos, que implica un continuo ejercicio de movimientos repetitivos, manipulación manual de cargas y posturas forzadas, labores estas que conllevan una serie de lesiones que son las que pertenecen precisamente al grupo 2º de lesiones musculoesqueléticas, es decir al que corresponden el 94% de las enfermedades profesionales declaradas en la provincia.

La salud es un derecho que se sigue conculcando a la clase trabajadora en el mundo del trabajo. Según los últimos datos proporcionados por el Instituto Valenciano de Seguridad y Salud en el Trabajo en el periodo que va de junio de 2015 a mayo de 2016, las enfermedades profesionales han afectado más a las trabajadoras que a los trabajadores, en concreto las mujeres representan el 61,7% de los partes totales presentados mientras que los hombres el 38,3%. Respecto a los partes con baja la diferencia también es considerable con 90 partes más en el caso de las trabajadoras.

El sector más afectado de manera más que destacada es el de servicios que ha sumado casi el doble de los partes presentados en la totalidad del resto de sectores, y el grupo de enfermedades más reconocido es, con mucho, el correspondiente a lesiones musculoesqueléticas.

Aún habiendo aumentado el número de partes presentados, la infradeclaración de enfermedades profesionales es más que evidente ya que sólo obtienen partes con baja un tercio de los partes de presentados. Por lo tanto el subregistro de las enfermedades profesionales continúa, y eso no sale gratis ni para los y las trabajadoras, que ven mermada su salud sin que se les reconozca el origen laboral de sus enfermedades y lesiones, ni para el resto de la sociedad ya que todas estas contingencias de origen laboral son tratadas como comunes en los servicios públicos de salud utilizando fondos públicos para tal fin cuando en realidad deberían ser atendidas por las mutuas.

Todo esto sin tener en cuenta el «presentismo», es decir el conjunto de trabajadores y trabajadoras que van a trabajar enfermas o lesionadas. Las causas de todas estas situaciones están bien claras y no por conocidas son más que lamentables: precariedad, subcontratación, utilización de contratos formativos con fines muy diferentes para lo que fueron creados, externalización y temporalidad, de hecho en el sector turístico el 90% de las nuevas contrataciones fueron temporales y a tiempo parcial.

Así que el día 7 de octubre, Día del Trabajo Decente, nos volvemos a movilizar para denunciar la precariedad y la desigualdad, seguimos exigiendo condiciones laborales dignas. Lo hacemos en nuestro día a día, en nuestra acción sindical y ese día también, saldremos a la calle una vez más, para seguir denunciando las indecencias, la desigualdad, la precariedad. Porque queremos trabajar en condiciones dignas y porque la riqueza que generamos con nuestro trabajo es nuestra también.

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